SANTIAGO.- Decenas de casas inundadas, otras destruidas total o parcialmente, árboles derribados y centenares de personas desplazadas, era hasta media mañana de este jueves el panorama que se vivía en esta ciudad, como consecuencia de las persistentes y fuertes lluvias que, desde las primeras horas de la noche de ayer, provoca en la zona el huracán María.

Mientras que saturación del suelo provocó temprano en la mañana que colapsara la pared trasera del cementerio de la calle 30 de Marzo, de esta ciudad e igual suerte corrieron varias bóvedas, algunas de las cuales quedaron fuera del perímetro del camposanto.

Las aguas, acompañadas de vientos moderados, han impactado humildes viviendas principalmente ubicadas en las riberas de cañadas, ríos y arroyos, donde todavía permanecen personas en su interior, a pesar los esfuerzos de los organismos de socorro para que las abandonen y así evitar desgracias personales.

Entre los lugares donde las crecidas habían provocado mayores estragos están el Hoyo de Bartola, Tamboril, La Ermita, Licey, Miraflor, Barrio Duarte y en Padre Las Casas.

Alrededor de 30 familias residentes en el barrio Hoyo de Puchula, fueron llevadas al club Nuevo Ideal, del ensanche Bermúdez, luego que sus casas fueron afectadas desde anoche por la crecida de una cañada.

Las intensas lluvias, sumadas a la decisión del Gobierno de declarar este jueves como no laborable, han hecho desaparecer casi por completo la circulación de vehículos, mientras la ciudadanía se mantiene en sus hogares atenta a las informaciones oficiales sobre el paso del huracán María.

Por otro lado, el río Yaque del Norte aumento este jueves el desborde que comenzó a experimentar hace tres días, con el desagüe de la presa de Tavera, que hoy fue reducido de 415 metros cúbicos por segundo a 200.

A pesar de dicha reducción desde el embalse de dicha presa, el caudal de dicho río se ha incrementado, como consecuencia de las intensas y prolongadas lluvias que se registran en la zona desde anoche.

Se informo que a la presa de Tavera se le está permitiendo un caudal de entrada de 200 metros cúbicos por segundo, cantidad similar a la salida por turbinación y compuertas, en busca de un equilibrio que permita el nivel del embalse más de los 316.54 metros sobre el nivel del mar, que experimenta en estos momentos.